La Luz se fue extinguiendo irremediablemente, mientras el Angel emprendía su viaje, las tinieblas lo invadieron todo y el aire se hizo irrespirable.
En su ausencia, los magos habían roto sus promesas y los demonios la tregua, nunca debió marcharse, el error se pagaría caro!
El “Jardín de Las Almas Puras”, había sido profanado y saqueados todos sus tesoros, sin que sobreviviera ninguno de sus defensores, la visión, espantosa!
Hordas de demonios hollaban el suelo sagrado del “Palacio de la Luna”, mientras magos y brujas embriagados de su propia maldad, danzaban alrededor de una inmensa hoguera donde gozosos fundían hasta la evaporación la “Sombra Protectora”
El Orgulloso, Zhong Hong, Caballero Solar del Clan del Dragón Azul, Maestro Fénix, de rodillas, sucumbía a las tinieblas, sentía todo su ser apagarse con la Luz y su alma fundirse como aquella magnifica espada, sus ojos arrasados de lágrimas y su corazón, vuelto polvo.
El rugido de Terrudo y el fulgor de la “Estrella Matutina” hambrientos de combate, lo hicieron volver de su mortal letargo, había viajado en busca de la espada, ahora ella exigía elevarse como el dragón y sumergirse como el fénix, sobre las cabeza y en las entrañas de sus enemigos.
Aún se escuchó el ultimo susurro del Angel que partía, “todo solo puede salir bien”, comprendió las señales, no había tiempo para lamentarse, si perdía un segundo más, el “Bosque de Corazones”, también caería y entonces todo estaría perdido y muerta toda esperanza.
Por primera vez en las tierras altas, fue empuñada la estrella matutina y dando la espalda a aquellos horrores, monto al feroz Terrudo y cruzo los espacios como un rayo para reunir las legiones.
Así comenzó la Guerra.
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